FÚTBOL: DEPORTE DE MASAS U OBRA DE TEATRO: ARTE/CULTURA ¿?
La obra fue un tanto atípica pues los actores hablaban un lenguaje absurdo, tal vez una mezcla de francés, inglés, alemán, pero por otra parte la obra tenía su sentido.
Los componentes del Teatro Veldor inventan un idioma para transitar por una serie de situaciones dotadas de un poderoso humorismo que entronca con Chaplin y Beckett.
A lo largo de la obra se presencia un día en la vida de un grupo de emigrantes en una ciudad cualquiera. Se les ve habitar hacinados entre trastos inútiles, persiguiendo el sueño de alcanzar una vida mejor en el mundo desarrollado. Los personajes de esta casa-habitación que se escenifica a lo largo de toda la obra son apátridas solitarios y soñolientos, de edad inverosímil, ni viejos ni jóvenes o, a veces, demasiados ajados o demasiado tiernos. Sin comunicación, autistas por deformación y artistas solícitos en sus quehaceres y, sin embargo, de pronto pueden caer en la cuenta, de que están vivos. Sobrellevan sus frustraciones agarrándose a las rutinas del día a día y al humor como filosofía de la vida. Ellos, los que no tienen nada, nos recuerdan que para sentir la alegría de vivir sólo hace falta querer sentirla, y es que la risa aún es gratis
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